Las nuevas necesidades y modelos económicos exigen nuevas formas de trabajar, otro tipo de respuestas al perfil profesional y de empresa, distintas a las que se venían desarrollando en el pasado, capaces de afrontar los retos en las sociedades tecnológicas, que demandan, cada vez más, empleos cualificados.
Internet
Es una fuente inagotable de posibilidades y la opción más barata para obtener una visibilidad global, además de ver los acontecimientos profesionales que permiten los cambios. Tener una buena presencia digital refuerza tu reputación como profesional o trabajador.
El mercado laboral
Es algo que está en constante cambio, es exigente, además necesita de lo “personalizado” para existir. Por eso, la empleabilidad ahora (más que nunca) se posiciona en la autonomía emprendedora y autogestionada, para garantizar un mercado laboral de nicho que subraye el personalismo de las empresas hacia sus clientes, como una hoja de ruta que garantice la exclusividad del usuario.
No me considero un gurú de estrategias digitales ni un visionario, mi propia experiencia laboral se ha visto modificada por el cambio de paradigma que ha significado el nuevo rumbo laboral y existencial a mi vida desde que uso las nuevas tecnologías.
No es necesario pertenecer a la esfera del marketing ni de la comunicación, la variedad de trabajos bueno, ya que proporciona versatilidad laboral, unos más interesantes que otros, pero al fin y al cabo, el mundo laboral se resume en el futuro por dos aspectos importantes como son la autonomía y la interdisciplinariedad.
El modelo de trabajo tradicional está muerto, o por lo menos no funciona con las mismas normas en la actualidad. La disidencia no está bien vista en España, un territorio donde se continúa teniendo una mente empresarial bastante vertical, cuando el mercado (económico, laboral, investigador, etc.) ya no se constituye así.
Ahora es horizontal, forjado en red, donde las disciplinas se necesitan las unas de las otras. Algo ha cambiado con la entrada de Internet en el espacio global, y es que precisamente se han fracturado las fronteras.
El conocimiento no es una imposición, sino un diálogo en estado continuo. Los departamentos de las empresas deben estar interconectados para realizar un trabajo en conjunto, porque el mercado ha dejado de ser homogéneo, forjado por masas, para pasar a ser ecléctico, fragmentado y heterogéneo.
Se modifican las formas de trabajar, aunque también tu vida está cambiando. Un aspecto influye en el otro, y viceversa. Pero lo más importante es que recordar que el valor del profesional no reside en lo económico sino en su conocimiento.
Vivimos un tiempo en el que el fordismo ha muerto. Los modelos laborales están sujetos a paradigmas de la especialización del mercado. Se fragmenta tanto la manera de consumir como de trabajar. Esto es definido por Richard Sennet como el capitalismo flexible.